Despedida del comedor de Kumamoto

Fue muy emocionante, yo amanecí nerviosa, al abrir el ojo a las 6.30 de la mañana, ya sabía que me iba a despedir de estos enormes pequeñines.



Cuando todos los chicos vinieron pusimos música infantil y estuvimos haciendo unas coreografías muy graciosas con ellos, trenecitos, etc.

Los mayores también nos animamos con la música infantil, todo sea por los chiquillos. Respondieron muy bien, la verdad esque es el primer día que tenemos un aparato de música en el comedor, un gustazo! Estuvimos bailando con las chicas sobre todo, porque a los chicos como que les da vergüenza.

Después hicimos un corro, Rocío oró por mí. Y dijo cosas muy bonitas, a mí me empezó a la latir el corazón muy fuerte, sentí un nudo en la garganta y guardé mis lágrimas. Luego, uno a uno los niños fueron diciéndome unas palabras, ahí lloré, ya no aguantaba más. Dijeron básicamente: muchas gracias por todo, te queremos, no te olvides de nosotros y regresa pronto. Algunos dijeron algo más como que han aprendido mucho conmigo, que les han gustado los trabajos y los juegos, que me llevan en el corazón, etc. Otros se limitaron a decir "que tenga un buen viaje y no se olvide de nosotros".
Luego habló Elita yRocío, que es una llorona como yo, y no se pudo contener las lágrimas, me dio las gracias por ser como soy, por sembrar lo que he sembrado en ellas y en los niños, por venir a conocer esta realidad y por haberla sido de apoyo en momentos difíciles. Luego les dije yo unas palabras a ellos.
Jackson me dijo a solas "no se vaya", yo me quería morir!
Los pocos que no pudieron (o quisieron) decirme nada, al final de la ronda se acercaron a darme un abrazo; fue raro, era como que no podían decir nada delante de todos, pero estaban deseando decirme un montón de cosas, y lo hicieron con un abrazo... qué lindo!

Después comieron y pusimos música otra vez, me taparon los ojos y me regalaron una torta!! Ponía "Eliza, gracias por tu apoyo y amistad, regresa pronto" ay,,, ay,,,!


Después de repartir la torta estuvimos por ahí disipados, venían, me abrazaban, se iban. Volvía otro, y me decía "no se vaya", luego otro "te quiero", luego otro y me daba un abrazo, y así hasta que quedamos unos poquitos y ya me despedí de todos.

Les voy a echar taaaanto de menos, es una sensación muy rara, pensar... saber que es la última vez que voy a ver a estos niños y niñas, sentir que ellos seguirán aquí con sus vidas y yo voy a vivir la mía tan lejos y tan diferente. Bueno, este podría ser un post muchísimo más largo, pero no quiero aburriros mucho!

En definitiva fue muy emocionante y me dí cuenta de que quiero a los niños mucho, más que mucho.